4711 es el número que durante la ocupación napoleónica le correspondió a la fábrica de agua de colonia en la Glockengasse de Colonia (Alemania) y que después se hizo marca de fábrica, como un perfume de la Revolución Francesa.
Pues bien, el departamento de almacén y distribución de esa fábrica de colonia estaba, hasta hace unos años, enfrente del taller que tengo en Colonia, en la Thebäerstrasse, y de los escombros de esos almacenes conseguí un montón de vigas y tablones, para trabajarlos después como esculturas. Al guarda de la obra que allí había, polaco, le di un pequeño bajorrelieve de madera con el emblema de la justicia. A cambio él me dio una caja de clavos, una caja de discos radiales y me dejó coger las maderas. El sótano, donde guardaba las briquetas para la estufa, lo llené de vigas y tablones. De allí y de las estufas venía ese olor húmedo y agrio que impregnaba la ropa, los armarios, toda la casa, y que todavía se huele, a pesar de que ya tenemos calefacción a gas.
Han pasado diez años desde que hice ese trato con mi amigo polaco. El último otoño (2001) subí cuatro tablones del sótano y los hice jirones con una sierra de arco. Después recompuse todos los trozos y ahí están, en esta escultura.
José María Guijarro