Un bodegón con rostro de mujer.
Un cúmulo de pétalos que nos envuelve en una fragancia efímera.
La sensación olfativa del constante cambio.
La fugacidad de la belleza y la tensión del tiempo…
Un intento de conservación como si de alquimia se tratase…
Solo nos queda el recuerdo de la fragancia de esas rosas…
Lola Guerrera