«El perfumista» es una obra que trata del que esconde un cazador de olores. En esta escena, el perfumista encuentra su presa, tranquilo y sereno, como cualquier que se encontrara con un elemento odorífero que quisiera conocer sus propiedades. La realidad sucede a tientas, donde se puede ver representada una fastuosa representación de caza; una gran nariz puntiaguda, monstruoso y a la vez magnífico asediando la bella prisionera de sus indagaciones odoríferas, que nada puede hacer ante su monumentalidad. Es este un retrato de la dimensión escondida de un perseguidor de aromas, representado como el anWc mito griego de Kora.